Si tenemos un sistema con NT o XP y se usa el gestor de arranque que incorporan para seleccionar entre XP y 98, por ej., no es necesario perder ese sistema de arranque ni tocar el MBR para poder arrancar Linux también y evitar riesgos innecesarios en los cambios de configuración de arranque.
Linux ha de estar en una partición primaria, no servirá si lo tenemos en una partición extendida, pues allí no va a poder alojar su propio cargador en la partición que ocupa. Las particiones primarias son las que tengan un número igual o menor que 4.
Suponiendo que la partición root de Linux es /dev/hda2 (segunda partición primaria del primer disco IDE), debemos instalar en ella (no en el MBR, ni en /dev/hda) uno de sus gestores de arranque habituales, como GRUB o LILO.
Teniendo el sistema de esta manera desde Linux y como root se copia a un archivo el sector de arranque:
dd if=/dev/hda2 of=/bootsect.lnx bs=512 count=1
Movemos el archivo /bootsect.lnx recién creado a la partición iniciadora de Windows o a un diskette (luego se copia en C:/) en caso de no tenerlo montado:
mv /bootsect.lnx /mnt/win_c/
/mnt/win_c sería la partición del Windows que inicia.
Desde Windows ahora, al archivo C:\boot .ini, le agregamos una entrada para que cargue Linux, basada en el archivo que le hemos agregado. Como lo más probable es que esté oculto, le quitamos los atributos:
attrib -s -h c:\boot.ini
Editamos ya el boot.ini, agregándole una línea indicando la carga de Linux, dentro de la sección [operating systems]:
C:\bootsect.lnx="Linux"
Grabamos el archivo modificado y le devolvemos sus atributos:
attrib -s -h c:\boot.ini
Cuando se reinicie el ordenador nuevamente, se dispondrá de la opción de cargar Linux desde el mismo menú que teníamos los Windows.-