Con el programa denominado «termómetro social», se extraerán predicciones periódicas sobre la situación social en las ciudades más importantes de China
PEKÍN. Un científico chino está desarrollando un programa que, según asegura su creador, es capaz de medir la inestabilidad social y sirve para prevenir desórdenes sociales de todo tipo. El «software», bautizado como «termómetro social», dispone de cinco niveles de alerta y es similar a los que ya funcionan desde hace algún tiempo en Estados Unidos, Reino Unido y Japón, según explicó el profesor Niu Wenyuan. Una vez terminado, lo que llevará al especialista tres años como mínimo, el programa será capaz de ofrecer predicciones semanales, mensuales y estacionales sobre la situación social en las 31 provincias y regiones autónomas de China y las 50 ciudades más importantes de la nación asiática.
El prototipo se fundamenta en el hecho de que las sociedades son extremadamente vulnerables durante las primeras etapas de su desarrollo económico, de forma especial cuando el PIB por persona está entre 1.000 y 3.000 dólares, precisamente en el periodo en que se encuentra China, detalló Niu. «La economía es extremadamente frágil en estos momentos y es muy fácil que las cosas se descontrolen», añadió el científico.
Además, con la política de apertura iniciada por Deng Xiaoping en la década de los años setenta, se están perdiendo los valores sociales chinos, lo que añade inestabilidad al país, dijo. El programa podría haber evitado la tragedia de Tiananmen en 1989, cuando cientos, quizás miles de estudiantes murieron después de que el ejército sofocara violentamente las protestas pro democráticas de la ciudad de Pekín.
Medidas de urgencia
Cuatro meses antes ya había signos de inestabilidad social que se podrían haber detectado gracias a este programa, que puede evitar cometer «graves errores», dijo Niu. El mayor peligro para el desarrollo económico sin precedentes que está experimentando China es la inestabilidad social, por lo que el Gobierno está tomando medidas de urgencia para evitar levantamientos populares, según los expertos. La gran preocupación de los chinos es el trabajo, mientras que las mayores manifestaciones después de las protestas de Tiananmen las han protagonizado, precisamente, obreros en paro.
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