A veces voy al cine solo, pero prefiero hacerlo acompañado. Ya no
se trata sólo de comentar la película al final, sino de vivirla
juntos como se puede vivir una juerga, un viaje, una partida de
parchís...
.....
Algo parecido ocurre con los que escriben código. El código
compartido es más satisfactorio que el cerrado. Algunos dicen
que va en contra de los intereses del autor. Puede que sea
cierto si sólo atendemos a los intereses económicos. Sin embargo
existen otros intereses más importantes, como la
autosatisfacción de resolver un problema, o, por poner otro más
mundano, el sentimiento de reconocimiento por parte de los
demás.

El programador que comparte su código es como el que va al cine
acompañado. El que escribe código cerrado va solo, pobrecito él.
¿Quién le va a reconocer la maestría de su algoritmo? ¿Quién el
trabajo e investigación que hay tras el algoritmo final? Pueden
darse más circustancias (la vida
es un revoltijo de ellas) como que ese programador no tenga más
tiempo para dedicar al problema. Si el código fuese abierto
otros podrían mejorarlo, o añadir extras, y el beneficio sería
para todos, incluído el primer programador. Siendo cerrado
pasará a ser un fósil al cabo de cierto
tiempo.

De acuerdo, el sentimiento de propiedad también es muy humano.
Pero ¿no es cierto que compartimos otras propiedades para
disfrutarlas más? ¿Nunca han oído a uno de esos "macarras" que
van con la música a todo volumen en el coche? No lo hacen para
provocar, sino para compartir:
puede que sus nuevos altavoces de 300 watios, puede que esa
canción que tanto les gusta. Están pidiendo la aprobación de los
demás por su música o su nuevo equipo. ¿No es la misma razón que
utilizamos todos cuando le ponemos nuestra música favorita a un
conocido que visita nuestra casa? Es un caso bastante extremo,
pero hay muchos ejemplos más. ¿No le damos recetas de cocina a
todo el mundo? ¿Por qué lo
hacemos? ¿Por qué hacemos regalos? ¿Por qué hacemos juntos
muchas cosas que podríamos hacer solos? Todo eso va asociado con
nosotros como especie social.

Hace unos años, antes de la difusión de internet, todo el
software era cerrado. Los nuevos programadores se han impregnado
de la filosofía de la Red y todo el mundo -ejem, casi todo el
mundo- se beneficia de ello. La explosión de creatividad en
muchos aspectos de la vida cotidiana, la
programación entre ellos, se debe a internet y su filosofía de
libre información. Desde luego siempre hay quien prefiere la
censura para reservarse la información.

Miremos a nuestro alrededor y preguntémonos quienes son los que
no desean que hagamos regalos a los demás y qué intereses les
mueven.

Fuente: MakyPress