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Desde IBLNews (18 de octubre de 2002 ) se analiza Desastreware, descargas que ensucian el PC.

La economía que suponen el shareware y el freeware muchas veces implica un desarrollo mediocre que intoxica el PC, lo inunda de publicidad e incluso viola la privacidad del usuario; para combatir el desastreware nada mejor que sentido común, información y unas sencillas utilidades.

Sin el shareware o freeware, la mayor parte de los ordenadores serían considerablemente menos útiles e incluso más complicados de usar; no hay que quitarle ese mérito a estos programas pero es bien cierto que una buena colección de ellos hacen precisamente lo contrario, tal y como demuestra el gran número de usuarios que ve ralentizarse el ordenador, su privacidad invadida, su conexión explotada o su sistema operativo intoxicado. Se trata de una amenaza seria que puede obligar incluso a tener que reinstalar todo el sistema operativo; se trata de lo que cada vez más se conoce como desastreware.

La mayor parte de los problemas los generan programas baratos o gratuitos que pueden encontrarse en Internet -no confundir con el software libre, como Linux, también gratuito pero que cuenta con el respaldo de grandes grupos de desarrolladores e industriales del sector. Muchos de estos softwares presentan deficiencias en su diseño, lo que dificulta si instalación y desinstalación –especialmente-, lo que puede llegar a causar problemas serios en el sistema operativo. Otras descargas vienen acompañadas de adware -programas de publicidad- que bombardean a los usuarios con banners de publicidad no solicitados; se trata de una forma de cubrir el coste de desarrollo del programa que se ha descargado el usuario para que siga siendo gratuito, pero más allá de la molestia que ocasionan y de que consumen ancho de banda de la conexión a Internet, muchas veces son prácticamente imposibles de desinstalar.

Por otro lado, existe un subconjunto de adware, llamado con frecuencia spyware, que resulta todavía más nocivo pues transmite datos del sistema de navegación del usuario a los anunciantes por medio de la conexión a Internet, a veces incluso sin conocimiento del propio afectado. Además de consumir ancho de banda, este tipo de software puede poner en entredicho la seguridad del sistema así como la privacidad del usuario.

Lista negra

La lista de softwares que producen efectos perniciosos sobre el PC es enorme, pero hay algunos ejemplos destacados. Radiate (ex Aureate), por ejemplo, ofrece un adware que adjunta con el gestor de descargas GoZilla docenas de aplicaciones shareware al instalarse. El site de soporte de Microsoft indica que este software causa, reconocidamente, diversos problemas en varias versiones de su navegador, el Internet Explorer. Radiate afirma ser consciente del problema, pero el software ya está licenciado para 25 aplicaciones y que “poco puede hacerse para abordar los problemas de las versiones que ya se han entregado a terceros y que se están distribuyendo en la actualidad”.

Mucho más oscura es la acción de los llamados spyware: Brilliant Digital Entertainment recientemente ha admitido que los usuarios del popular programa de descarga de archivos KaZaA se descargaban junto con él una herramienta de la compañía, que una vez activada, permitía usar la capacidad de proceso del ordenador en una red de computación distribuida que nada tenía que ver con el funcionamiento y la finalidad de KaZaA. Lo peor del caso es que las especificaciones del contrato firmado entre ambas compañías permitía esta práctica, aunque Brilliant ya ha informado que en la próxima versión del software pedirá permiso al usuario para realizar esta operación y sorteará premios entre los que se apunten.

Aunque sus actividades estén especificadas en la licencia de uso, el caso es que el spyware puede dar más sustos todavía. En el site de Websense, una usuaria relata que descubrió un software de este tipo instalado en su ordenador enviando información sobre las características de su máquina, los sites que visitaba, las aplicaciones que utilizaba y demás. El intruso penetró en su ordenador junto con un firewall –programa precisamente desarrollado para proteger el ordenador de acciones como esta- gratuito que se descargó de un site. La solución fue utilizar otro programa freeware –Ad-aware de Lavasoft- para localizar y eliminar el spyware; a partir de entonces la usuaria se hizo más atenta, pero no abandonó la descarga de shareware.

Imparables

Sea por la crisis económica o por el cada vez mayor control sobre la piratería, lo cierto es que la popularidad del freeware (programas que pueden ser descargados gratuitamente desde Internet) o del shareware (software que cuenta con un periodo de prueba gratuito y que una vez superado requiere pago) van al alza. Según un estudio de Websense, proveedora de software para la monitorización del uso de Internet, el número de sites que ofrece download de shareware creció un 500% entre febrero de 2001 y febrero de este año –de 780 hasta 4.900-.

Según el mismo estudio, más de un tercio de los usuarios de este tipo de recursos realizó entre cinco y diez descargas en los últimos doce meses, al paso que otro tanto superó las 15. La categoría más popular es la de utilidades de sistema, que fue citada por prácticamente el 60% de los entrevistados. La mitad de los mismos indicó que al menos una de las descargas causó algún tipo de problema en su ordenador, como la alteración de controladores o dificultades a la hora de desinstalarlas.

A pesar de estos dolores de cabeza, la mayor parte de los investigadores afirma que, cuando se computan el coste, la facilidad de uso y la calidad, tanto el freeware como el shareware han probado ser un “negocio prácticamente tan bueno o mejor que el software que ofrecen los grandes desarrolladores, especialmente para aquellos usuarios que cuentan con un presupuesto reducido. Y es que el ahorro de costes que supone este tipo programas parece ser la principal explicación para que sigan interesando cada día más.

Una lacra para las empresas

El shareware, especialmente si no ha sido debidamente probado, puede provocar grandes dolores de cabeza para los usuarios, especialmente en las empresas. Si un administrador de sistemas gestiona entre 500 y 1.000 PCs y la mitad de ellos se descarga freeware, es fácil hacerse una idea de la magnitud que pueden adquirir los problemas. Si además cada uno de los ordenadores se descarga un programa distinto, el departamento de sistemas simplemente sería incapaz de controlar la situación, especialmente si, como suele ser habitual, estos ordenadores están conectados en red.
Pero la cosa no acaba por aquí, además de lidiar con los efectos perniciosos que estos programas pueden tener sobre los ordenadores, los adware –programas que muestran anuncios mientras se utiliza un determinado software (habitualmente shareware)- pueden complicar más las cosas pues, aunque normalmente son inofensivos y sólo consiguen sacar de quicio al usuario, lo cierto es que pueden dejar puertos abiertos e incluso invadir la privacidad del usuario.

Recomendaciones

A pesar de la pesadilla que pueden suponer los problemas derivados el desastreware, lo cierto es que algunas opciones de shareware y freeware son demasiado tentadoras como para ser ignoradas. Para evitar problemas, lo mejor es la prevención y seguir algunas sencillas medidas:

- Escoger con cuidado el site desde donde se va a realizar la descarga; no todos los centros de shareware y freeware prueban el software en lo que a estabilidad, facilidad de uso, spyware y virus se refiere. Algunos sitios de renombre son Softonic.com, Fileworld.com o Tucows.com.

- Preguntarse a uno mismo qué necesita. Microsoft empaqueta muchas utilidades en cada versión de Windows, incluyendo desfragmentadores de disco, monitores de sistema y programas de copia de seguridad. Si una herramienta tan extendida como esta cuenta con este gran número de utilidades y servicios totalmente garantizados, ¿por qué recurrir a programas de dudosa procedencia para hacer lo mismo?

- Comprobar si el autor o desarrollo del servicio ofrece soporte técnico. Si se trata de un software empaquetado comercialmente es muy probable que exista un teléfono de contacto; si se trata de un desarrollo casero de un programador, correo electrónico.

- Antes de realizar la descarga es conveniente buscar información y opiniones sobre el producto; en Internet hay cientos de sites que se dedican a analizar todo tipo de programas.

- Leer el contrato de servicio; normalmente aparece al inicio de la instalación y se especifica la inclusión de programas de adware; muchas veces es premeditadamente largo y tedioso, pero una vez se aceptan las condiciones no es posible pedir cuentas al desarrollador.

- Estar atento al proceso de instalación puesto que muchas veces tras la instalación de la utilidad principal, aparecen preguntas para proceder con la de programas que nada tienen que ver con éste y que normalmente son adware o spyware. En Spychecker.com existe una larga lista de programas que incluyen o camuflan este tipo de “accesorios”.

- Si ya se tiene un adware o spyware instalado y no se desea seguir con él en el sistema, es conveniente comprobar si el desarrollador cuenta con un programa de desinstalación específico. Radiate, por ejemplo, dispone de esta utilidad.

- Desinstalar la aplicación problemática sin miramientos.Es una solución radical, pero en estos casos conviene atajar el mal de raíz. En el caso de que el programa no disponga de un desinstalador y la aplicación presente a tal efecto en el sistema operativo no resulte, Add/Remove 4Good es una utilidad muy recomendable.

- Aún después de desinstalarlos, muchos programas dejan rastros en el sistema operativo y Windows es una de las víctimas preferidas. Para barrer esta “suciedad” o bien se es un usuario experto y se realiza manualmente o se requiere una utilidad específica como Perfect Companion, de Easy Desk Software; es de pago, pero tiene un periodo de prueba gratuito.

Saludos