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Las compañías discográficas se disponen a la guerra sucia contra los cibernautas, como se puede ver en http://www.elmundo.es/ariadna/2002/04/1027581379.html

Los ‘buenos’ también juegan sucio

La industria del entretenimiento está saboteando las redes de intercambio ilegal de cine y música. No contenta con sus victorias legales sobre Napster, MusicCity o Kazaa, Hollywood quiere inundar estas redes con canciones y películas falsas. ¿El objetivo? Convertir en una pesadilla cualquier intento de descargar material con copyright. Varias empresas tienen a punto diversas armas para la nueva guerra y los políticos preparan un proyecto de ley que dará cobertura legal a los ataques. Por si fuera poco, las compañías estudian iniciar una campaña de denuncias ante los juzgados contra los aficionados a compartir su colección de de música.

Overpeer es uno de sus nuevos aliados. Esta empresa tiene como fin social el desprestigio de las redes de pares (P2P). Aunque su presidente, Marc Morgenstern, no quiso entrar en detalles, sí explicó a Ariadn@ que su programa “evita que los usuarios de estas redes descarguen archivos no autorizados”. La única característica que desveló es que los falsos MP3 reenvían a páginas donde poder comprarlos legalmente. Añadió: “Esta tecnología funciona con cualquier contenido, incluyendo música, películas, juegos o software”. También aclaró que su programa no provoca daños en el ordenador del usuario. “Nosotros simplemente hacemos que la experiencia de usar estas redes sea frustrante y nada divertida”, dijo. Todo lo demás es un misterio. Sin embargo, el propio Morgenstern da la pista para conocer algo más de Overpeer. En sus respuestas, menciona que la patente del sistema aún está por registrar.

Overpeer. En la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos, Overpeer aparece con el número de serie 977895, código 09. Según consta en el expediente, este software está diseñado para “evitar la reducción de las ventas provocada por la distribución ilegal de archivos musicales digitales”. Y explica cómo lo hace. El programa rastrea la Red buscando los archivos más intercambiados. Una vez localizados, los corrompe y los vuelve a poner en circulación. La adulteración puede consistir en una reducción de la calidad del sonido o en la inclusión de mensajes advirtiendo que es material ilegal. Si el cliente así lo solicita, Overpeer también puede conectar al usuario con la página web del propietario de la película o canción que está reproduciendo. Morgenstern, que anunció una prueba masiva en las próximas semanas, no quiso revelar los nombres de las empresas que usan el invento.

Overpeer y otras tecnologías similares como Barb Wire Networks han abierto una peligrosa puerta. Ahora es posible introducir un código malicioso en los falsos MP3. De hecho, en los dos últimos meses dos virus disfrazados de canciones o películas han infestado la red Kazaa. Aunque nada indica que la industria esté detrás, la RIAA y la MPAA, asociaciones norteamericanas de la industria musical y cinematográfica respectivamente, quieren una ley que les proteja por los posibles daños que sus artimañas puedan provocar en los ordenadores de los usuarios.

El congresista por California Howard Berman está dispuesto a complacerles. En una reciente declaración, Berman anunció que presentará una ley que habilite a las compañías a lanzar ataques tecnológicos contra las redes de intercambio. “La ley no permitirá la introducción de virus”, aclara Berman, pero amparará otras tácticas ahora ilegales como la interdiction. Ésta consiste en hacer cientos de peticiones simultáneamente a un servidor y anularlas antes de recibir el archivo, bloqueando así el sistema. Entre los hacker, esto tiene un nombre: ataque por denegación de servicio (DoS). Algunos de sus autores están en la cárcel actualmente. Berman, que fue elegido por el distrito electoral de Hollywood, quiere presentar su proyecto tras el verano.

Oleada de demandas. A la espera del paraguas legal, las compañías musicales y cinematográficas van a jugar la carta de la justicia. Según reveló el periódico Wall Street Journal, la industria planea una oleada de demandas contra particulares que trafiquen con películas y canciones. Hasta hoy, sólo habían denunciado a sitios que, como Napster, permitían el intercambio. La idea, que lleva tiempo sobre la mesa, estaba parada por miedo a la reacción de los consumidores. Podría darse el caso de que, por ejemplo, AOL Time Warner, tuviera que denunciar a un suscriptor del proveedor de acceso AOL por piratear una película de la cinematográfica Warner. Pero las discográficas dejaron de ganar 4.200 millones de euros el año pasado y las productoras de cine otros 3.000 millones, demasiado dinero. La medida, que busca dar ejemplo, se centrará en denunciar a los piratas más destacados. La empresa Ranger Online ya los tiene fichados. Esta firma lleva dos años trabajando para la industria de Hollywood localizando las direcciones IP de los ordenadores que comparten gran cantidad de archivos multimedia.

Los archivos corruptos, las leyes y los juicios buscan crear una atmósfera de intimidación que haga desistir a los internautas de intercambiar material protegido. Tanto las discográficas como las grandes productoras esperan que la ausencia de alternativas gratuitas fiables y de fácil acceso, despeje el camino a sus servicios de pago.

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