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Dice http://www.elmundo.es/2002/07/19/sociedad/1187168.html que Un experimento genético abre la posibilidad de ampliar la capacidad intelectual humana.

Dos científicos crean ratones "sesudos" con un cerebro más grande de lo normal - Los investigadores manipularon un gen y generaron surcos y cavidades en la corteza de los roedores, que siempre es lisa.
A primera vista, parecen ratones ordinarios. Pero, la increíble realidad es que todos poseen un cerebro que no sólo es mucho más grande de lo normal, sino que además contiene unos pliegues muy parecidos a los que caracterizan a los de los seres humanos.

La creación artificial de estos ratones sesudos, lograda en el Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston, ha desvelado por primera vez el mecanismo genético que controla el desarrollo del cerebro y la capacidad intelectual en los mamíferos superiores, incluyendo al homo sapiens.

Los resultados de este extraordinario experimento, que se publican hoy en la revista Science, van a desencadenar una controversia bioética en la comunidad científica y en toda la sociedad, por sus implicaciones futuras.

En principio, la creación de estos ratones sugiere que, dentro de unos años, quizá exista la posibilidad de aumentar artificialmente el tamaño del cerebro humano y ampliar nuestro potencial intelectual, mediante técnicas de manipulación genética.

Lo que han demostrado los dos autores del estudio, Christopher Walsh y Anjen Chenn, es que esto es posible en animales de laboratorio.Mediante la manipulación de un sólo gen, los científicos han aumentado el tamaño de la corteza cerebral de varios ratones.

Así, los investigadores han generado en el cerebro de sus roedores transgénicos los típicos surcos y las cavidades que sólo se encuentran en la materia gris de los primates y los seres humanos.

La corteza cerebral de un ratón es como una lámina lisa y plana.Sin embargo, a lo largo de la evolución de las especies, los científicos creen que se produjo alguna mutación genética que aumentó de una forma espectacular la extensión de la corteza cerebral de los mamíferos más avanzados. Se cree que ésta fue la clave que permitió el desarrollo de la capacidad intelectual superior del homo sapiens, ya que nuestra corteza cerebral es la sede del lenguaje, la razón, la capacidad para leer y escribir, y de las habilidades mentales que nos hacen humanos.

Arrugarse para caber

La corteza cerebral humana tiene un área de superficie hasta 1.000 veces mayor que la de un ratón (aunque su grosor es prácticamente idéntico: como el de una cáscara de naranja). De hecho, para que pueda caber en nuestro cráneo, la corteza cerebral humana se pliega hacia dentro, generando gradualmente su característica estructura arrugada. Nuestra corteza cerebral es como una alfombra demasiado grande para la habitación en la que tiene que estar (el cráneo), y por eso está repleta de pliegues y cavidades.

Lo increíble es que Walsh y Chenn han logrado engendrar, mediante la magia de la ingeniería genética, unos ratones con una corteza cerebral que también se pliega hacia dentro, de la misma manera que la nuestra, ya que es más extensa de lo normal.

«La corteza cerebral de estos ratones creció de una forma dramática, hasta tal punto que en vez de generarse una lámina plana como en un roedor normal, se plegó hacia dentro y tenía un aspecto arrugado, muy similar al de los humanos», explican los autores del trabajo.

Estos sorprendentes resultados se lograron mediante la manipulación de un gen que regula la producción de una proteína conocida como beta-catenina. Aunque esta molécula está presente en muchos tejidos de nuestro organismo, hasta ahora se desconocía su función. El experimento parece haber demostrado con claridad que la beta-catenina desempeña un papel crucial en el desarrollo de la corteza cerebral.

Los autores del estudio creen que la beta-catenina actúa como un interruptor que ordena a una célula cerebral si debe o no debe continuar dividiéndose. Por ello, al estimular artificialmente la expresión de esta proteína en la corteza cerebral, las células neuronales de los ratones transgénicos se reprodujeron mucho más de lo normal, ampliando así el tamaño de su corteza, hasta tal punto que la obligaron a plegarse hacia dentro como en el cerebro de un chimpancé o un ser humano.

Dos científicos crean ratones 'sesudos' con un cerebro más grande de lo normal Los investigadores manipularon un gen y generaron surcos y cavidades en la corteza de los roedores, que siempre es lisa.

Saludos