Así es, un jardinero de New Orleans estaba en el patio de su casa cuando escuchó un disparo e inmediatamente sintió un golpe en el pecho que lo derribó: por suerte en el bolsillo de la camisa tenía su celular.

“Me levanté y palpé mi camisa: saqué el teléfono celular para comprobar si había sido dañado, pero sólo tenía las marcas de la bala”, dijo RJ Richard a la prensa local.

Y es que el amigo recibió nada menos que el impacto de una bala calibre 45, probablemente de una pistola, en el pecho. Como si fuera una película, la bala dio en el Moto RAZR azul que tenía guardado en su camisa sin causarle ni un rasguño.

El suceso fue tema central en los noticieros de New Orleans, que le dedicaron horas y horas a la cobertura del hecho.

La policía local descartó cualquier intento de asesinato, y aseguró que el disparo provino de una zona de práctica de tiro que se encuentra por el lugar.

“Para haber recibido tal impacto en una localización tan vital, y ser salvado por su teléfono celular, estoy seguro que Richard tendrá tiempo para pensar y estar agradecido”, comentó el sheriff del pueblo, Jack Strain.

Bueno, seguramente Motorola estará agradecida por la buena publicidad que el acontecimiento le ha dado a su equipo, y mal no le viene en este momento de magras ventas.

Por otro lado, el jardinero también estará agradecido de haberse comprado el Moto RAZR ¿qué hubiera pasado si tenía un iPhone en su bolsillo?


R. J. Richard (el jardinero suertudo) y como quedó su celular




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