La información se contiene en propiedades cuánticas de los átomos que, al ser observados, verían alterados su contenido.

El sueño de los expertos en seguridad informática está un paso más cerca: un sistema inmune a cualquier tipo de hacker. De momento, se ha conseguido un primer paso, que se ha presentado en un congreso sobre computación en Viena: una red cuántica que unía seis ordenadores (unos en la capital austriaca, otros en la vecina Saint Poelten).

El sistema es, por definición, inquebrantable. Al ir la información contenida en propiedades cuánticas de los átomos, tales como la polarización, cualquier posible observador rompería su estado, y alteraría su contenido. Es una aplicación práctica del principio de incertidumbre que Heisenberg formuló en 1927, que, simplificado, dice que no se pueden determinar, simultáneamente y con precisión, ciertos pares de variables físicas. Por ejemplo, en este caso, la posición y el estado de una partícula subatómica. De esta manera si alguien interaccionara con una emisión de qubits (los bits cuánticos) para saber su estado, lo alteraría.

La idea de utilizar esta propiedad en los ordenadores fue formulada por Charles Bennett, de IBM, y Gilles Brassard, de la Universidad de Montreal (Canadá) hace 25 años, y, desde entonces, su búsqueda es una prioridad de gobiernos y grandes corporaciones. Y no sólo para garantizar la seguridad de las transmisiones, sino la de los datos guardados en sí mismos, con la idea de suplir los actuales chips de silicio por otros a escala subatómica, con mucha más capacidad por milímetro cuadrado y, encima, inviolables.

Fuente: ElPais