Una mujer atractiva y un pastelito de chocolate es todo lo que se necesita para sacarle a un buen porcentaje de hombres información sobre sus hábitos en materia de seguridad informática. Al menos, eso se desprende de un reciente estudio que nos deja en muy mal lugar.

La conferencia de seguridad InfoSecurity Europe organizó un experimento singular: puso a unas chicas muy guapas a realizar encuestas, tras las cuales les daban a los encuestados un bombón de chocolate - y las gracias -. El 21% de los 576 empleados de oficinas londinenses que pasaban por allí “cayeron en la trampa”, y más de la mitad admitió que usaban la misma contraseña para todo.

Los resultados son sorprendentes - tanto por el porcentaje de usuarios con tan poco cuidado como por su tranquilidad a la hora de confesarlo aunque sea delante de una guapa señorita - pero al menos mejoran los del estudio del año anterior, en el cual el 64% de los encuestados no parecían tener problema en desvelar sus contraseñas. Este año había un 61% que admitió usar fechas de cumpleaños y de eventos importantes como contraseñas, mientras que otro porcentaje igualmente alto no tuvo problema en dar sus nombres y teléfonos.

Esos datos deberían ser conseguidos con mucha menor facilidad, y plantean un problema de seguridad que puede ser aprovechado con técnicas de ingeniería social para buscar agujeros de seguridad en empresas de todo tipo. Así que si te mola lo del hacking/cracking y tienes una amiga de buen ver, ya sabes, tienes terreno ganado.

Enlaces:
Wall Street Journal
InfoSecurity Europe