Un equipo de ingenieros de la Universidad de Michigan y la Universidad Rice han creado un bloqueo basado en hardware que evita que las CPUs funcionen si no son “aprobadas” por los diseñadores.

El coste de construir y mantener al día fábricas de semiconductores ha forzado a muchas compañías a externalizar su producción a empresas como TSMC, UMC o Chartered, que son ahora las que se encargan de fabricar los chips. Esto ha permitido a las empresas de circuitos integrados (IC) ahorrar mucho dinero pero también ha hecho proliferar un lucrativo mercado negro de chips falsos. Los ingenieros de la Universidad de Michigan y de la Universidad de Rice creen haber encontrado la solución a este problema diseñando un bloqueo y una clave única para cada chip.

El dueño de la patente es el único que posee las claves y el que puede desactivarla para su funcionamiento. Esta técnica, llamada Ending Piracy of Integrated Circuits (EPIC) utiliza métodos de cifrado para cambiar el proceso de diseño del chip sin que repercuta en el rendimiento o en el consumo energético.

Los chips no se fabrican con el número de identificación, sino que incluyen las herramientas necesarias para producir el número durante la activación.

Fuente: Ars Technica