Hola:

En “La Vanguardia” (29/04/2002) se pregunta JOAN-RAMON VILLALBÍ
¿Cuánto hay que fumar para volverse adicto?

Para muchos fumadores, el proceso que lleva de experimentar ocasionalmente con el tabaco a fumar de forma continua para evitar el síndrome de abstinencia es relativamente rápido. Para otros, se trata de un proceso lento: se mantienen durante meses o años fumando ocasionalmente hasta que en un momento dado el consumo se hace continuado. También hay algunas personas que nunca fuman de manera continua, pero sí ocasionalmente. Finalmente, hay quien ha experimentado ocasionalmente con el tabaco, pero lo deja sin iniciar un consumo continuado. Las investigaciones sobre este proceso reconocen que hay distintos tipos de fumadores, pero identifican algunos elementos comunes en los que han terminado desarrollando una adicción.

Haber fumado cien cigarrillos, el equivalente a cinco paquetes, se ha planteado clásicamente como un dintel claro en la adicción. En estudios con adolescentes, la mayoría de los que decían haber fumado cien o más cigarrillos incrementaban su consumo en los siguientes años. El 80% relataba síntomas de abstinencia al intentar dejar de fumar. Unos 15-20 años después, el 50% seguían siendo fumadores habituales. En cambio, los que decían haber fumado menos de cien cigarrillos tenían menos posibilidades de convertirse en fumadores.

Hay estudios recientes que sugieren que este criterio es muy grosero, y que se aprecian síntomas de adicción en personas que han fumado sólo cuatro cigarrillos (uno a la semana durante cuatro semanas). Se han visto adolescentes que en sólo unos días y con pocos cigarrillos desarrollan criterios de adicción. Algunas personas se mantienen fumando cinco o menos cigarrillos al día durante años, pueden pasar días sin fumar sin sufrir malestar, y fuman sobre todo en días u ocasiones especiales. Estas personas son una minoría. Para la mayoría de fumadores, el volumen de consumo se incrementa con rapidez, por la aparición del fenómeno de tolerancia, que induce a aumentar la dosis diaria de nicotina.

Estos fenómenos tienen una base bioquímica. Un fumador de cinco cigarrillos diarios absorbe unos 5 miligramos (mg) de nicotina al día y presenta un nivel normalizado de cotinina de 50-70 nanogramos por mililitro (ng/ml) de sangre -la cotinina es el principal metabolito de la nicotina-. En cambio, un fumador adicto presenta unos 300 ng/ml de cotinina en la sangre. Así, podría establecerse el umbral de adicción en 5 mg de nicotina al día, aproximadamente el contenido de cinco cigarrillos.

De todas maneras, no fumar (ni pensar en fumar) es la mejor protección contra la adicción. Muchos experimentadores ocasionales acaban fumando de forma compulsiva, aunque no lo deseen inicialmente. En cambio, sólo el 3% de los escolares de 12 a 17 años que decían no haber fumado ni querer hacerlo fumaba regularmente al cabo de cuatro años. Reforzar a los adolescentes en su determinación inicial de no fumar es por tanto la clave de los programas preventivos con éxito.

Saludos