Corsair acaba de presentar Flash Padlock, una unidad de memoria Flash con acceso protegido a través de un PIN o número personal de hasta 10 dígitos.



La unidad se bloquea automáticamente al retirarla del ordenador. Al insertarla de nuevo, hay que utilizar el miniteclado incorporado para teclear el PIN y permitir de nuevo el acceso.

Entre las ventajas, no necesita ningún software y funciona en Linux, Windows y Mac. Entre las desventajas, una importante: se trata de seguridad basada en la oscuridad, porque la empresa no proporciona detalle alguno sobre el sistema de protección utilizado, que parece contar con un microcontrolador dedicado y una partición oculta...

¿Y qué ocurre si olvidamos el PIN? La empresa permite registrar la unidad y su PIN a través de su sitio web. En caso de pérdida, basta proporcionar la contraseña para recibir el PIN en el buzón de correo.

A mi modo de ver, esta facilidad puede representar otro punto débil, aunque no tanto como el anteriormente reseñado: cuando la seguridad radica en el secreto, sólo es cuestión de tiempo que un chavalito desocupado de Finlandia se enfrente a una tarde lluviosa y aburrida con un osciloscopio y un analizador lógico.

Pero tampoco nos pongamos puntillosos: cada cosa para lo que es. La unidad proporciona cierta seguridad, con bajo coste (menos de 24 € la unidad de 1 GB, menos de 30 € la de 2 GB) e indudable facilidad de uso, y resulta probablemente más fiable que las habituales unidades dotadas de protección biométrica por huella dactilar.

Fuente: kriptopolis.org