PARÍS | MADRID.- Revestido con el aura de gurú y haciendo gala de su carisma habitual el presidente y fundador de Apple, Steve Jobs, se dejó caer por Europa para la exposición MacWorld de París. Durante una hora se sometió a un bombardeo de preguntas por parte de un centenar de periodistas. Se habló de discográficas, de operadoras de telefonía, de Microsoft y por supuesto del iPod, el reproductor de música digital que ha conseguido ser reconocido como "el walkman del siglo XXI".

Aunque aún obtiene más del 60% de sus ingresos de la venta de ordenadores, el negocio de la música ocupa un lugar cada vez más destacado en la estructura de Apple, a la que algunos consideran más un culto que una marca.

Dos semanas después de anunciar el iPod Nano y el primer teléfono con el 'software' iTunes, la chistera de Jobs vino vacía al nuevo continente. No hubo novedades significativas y su presencia se convirtió en el único aliciente de una feria que cada vez se vuelca más en los accesorios para los iPod.

En la sesión de preguntas y respuestas celebrada con los medios de comunicación, Jobs desplegó todo su encanto aunque no se apartó ni un milímetro de la línea oficial de la compañía. En Apple el silencio sobre futuros productos y predicciones de mercado es dogma de fe y ni siquiera el presidente se permite dar pistas. "Trabajamos en secreto, no queremos que la competencia sepa qué estamos desarrollando", afirmó el propio Jobs ante la insistencia de varios periodistas.

Con todo, el fundador de la compañía de la manzana dejó escapar algunas perlas. A la pregunta sobre la posibilidad de que Apple presentara en breve un iPod con capacidad de reproducción de vídeo —uno de los productos más rumoreados cada vez que se acerca un gran evento de Apple- Jobs contestó con un esperanzador "nunca se sabe", aunque con posterioridad matizó: "Por ahora los reproductores personales de vídeo personales no han tenido el éxito esperado".

Algo similar opinó sobre la posibilidad de fabricar equipos orientados al salón, más cercanos a la electrónica de consumo que a la informática. "Técnicamente es posible pero la estrategia de mercado es complicada, hay que llegar a acuerdos con operadoras de cable, proveedores de contenido. No creo que el ordenador vaya a tener futuro en el salón".

La 'piratería' y los precios de las descargas

Más abierto se mostró a la hora de hablar de la industria musical. Ante los rumores de presión por parte de las discográficas para subir el precio de las canciones de iTunes, Jobs aseguró que la mayoría de las compañías están contentas con el precio y que el porcentaje que obtienen con la venta de una canción de iTunes es mayor que el que obtienen con la venta de CD. "Cambiar los precios animaría a la gente a volver a la 'piratería' y las compañías que lo hicieran serían, simplemente, avariciosas".

La mención de la 'piratería' fomentó nuevas preguntas entre la prensa, pero esta vez acerca de la nueva versión del sistema operativo para procesadores Intel. La edición X86 de MacOSX ya se ha ejecutado en ordenadores PC que no poseen los mecanismos de seguridad que Apple implantará en sus equipos. Jobs no tuvo reparos en calificar a quienes 'piratean' el 'software' de "ladrones", incluso se permitió, en tono jocoso, amenazarlos con las llamas del infierno.

Nuevo teléfono y su rivalidad con Microsoft

En cuanto al nuevo teléfono con iTunes, Jobs aseguró que no es descabellado que pronto se vean más teléfonos equipados con el 'software' pero no se atrevió a decir ni marcas ni fechas de lanzamiento. El negocio de música a través del móvil, sin embargo, recibió un fuerte varapalo por parte del fundador de Apple: "Comparar música por el teléfono no tiene sentido. Sería más caro porque las operadoras necesitan amortizar la infraestructura de la red y el usuario tendría luego que sincronizar su teléfono con el PC para guardar una copia de su música de forma segura".

Para su eterno gran rival, Microsoft, hubo un comentario ácido y risas. Jobs, en referencia a su programa de charla en tiempo real iChat, dijo que no crearía una versión del mismo para Windows porque "Microsoft también debe ganarse la vida con algo".

En un momento de la entrevista, un periodista británico consiguió incluso sacarle algún detalle de su vida personal, un campo que Jobs evita en todas las entrevistas y que guarda celosamente. "¿Cuál fue el último producto no Apple que realmente le sedujo?", preguntó el periodista. Jobs pensó la respuesta durante unos instantes: "Una bicicleta que acabo de comprarme". Ni siquiera se atrevió a decir la marca. Mala suerte para el fabricante, entre los seguidores del culto de la manzana habría sido un éxito de ventas.