En el marco del recientemente celebrado Internet Global Congress,
celebrado en Barcelona del 10 al 14 de mayo, tuvimos la
oportunidad de conversar con Steven Bellovin, un autentico
pionero de Internet (es el co-inventor de USENET, por ejemplo) y
gurú de temas de seguridad informática.


Pregunta:
¿Puedes explicarnos que consiste tu trabajo en AT&T?

Respuesta:
Me dedico totalmente a la investigación y básicamente hago el que
quiero, lo que está muy bueno. Me centro en temas relacionados
con las redes y su seguridad. No obstante también toco de otros
temas sobre redes que no están directamente relacionados con la
seguridad y otros temas relacionados con la seguridad, como
criptografía y privacidad. Asimismo también mantengo contactos
con varias agencias gubernamentales relacionadas con Internet y
la seguridad.

P:
Tu libro, "Firewalls and Internet Security" se ha convertido en
un auténtico libro de referencia, frecuentemente utilizado en la
formación de los nuevos profesionales. La primera edición fue
publicada hace ya muchos años. Durante este tiempo, qué son los
principales cambios a Internet y las redes por lo general y qué
son sus efectos en la seguridad?

R:
La segunda edición del libro, publicada el año pasado, es muy
diferente a la primera edición que se publicó ahora hace diez
años. Estas diferencias son un reflejo de los cambios de
Internet: el mayor error que cometimos hace diez años fue no
darnos cuenta de la rapidez con la que Internet iba a crecer.

Pongamos por ejemplo los cortafuegos. Hoy en día es muy difícil
tener un único cortafuegos, que no deja de ser un medida de
defensa perimetral. Hoy en día ya no tenemos unos perímetros y
fronteras tan definidos como los que teníamos ahora hace unos
años, cuando publicamos la primera versión del libro. Uno de los
autores del libro, Bill Cheswick, trabaja en una nueva empresa,
Lumeta, que desarrolla sistemas que permiten identificar
exactamente los diversos puntos de acceso de una red corporativa.
Hoy en día es habitual que las empresas no tengan únicamente uno
o dos puntos de conexión de su red con "el exterior". Las grandes
empresas pueden tener centenares o incluso miles conexiones. En
este entorno, un único firewall en la conexión a Internet se
puede decir que no sirve para nada.

El segundo cambio que hemos apreciado es que, cuando escribimos
la primera edición del libro, dedicamos mucho espacio a explicar
como construir un firewall. Hoy en día prácticamente nadie diseña
su propio cortafuegos. Es más, si pretendes diseñar tu propio
cortafuegos lo más probable es que no necesites leer este libro.
Lo que hace la mayoría de la gente es comprar un firewall
comercial. Esto es un cambio mucho importante. Debemos tener
presente que, cuando escribimos la primera edición, Windows 95
todavía no existía y prácticamente ninguna máquina Windows podía
acceder a Internet. Hoy en día la situación es muy diferente.


P:
Tal y como indicas, antes existía una clara distinción entre lo
"externo" y lo "interno" a las redes corporativas. Actualmente
existen teletrabajadores, el uso de ordenadores portátiles es muy
habitual (y frecuentemente estos portátiles hoy están conectados
en la red corporativa, mañana estarán conectados directamente a
Internet desde casa, otro día en la red de un cliente para
después volver a conectarse a la red corporativa), los puntos de
acceso inalámbrico, baratos y fáciles de instalar incluso por
personal no informático.

¿Crees que todos estos cambios han sido incorporados en la visión
de la seguridad de las redes corporativas?

R:
No, no lo creo. Al menos en la medida que tendría que ser.

Es necesario diferenciar entre aquello que la gente quiere hacer
con el que se supone que debe hacer. Cuándo mi primer hijo tenía
dos años aprendí que no debía ordenarle algo cuando no podía
obligarle a cumplir mi orden. Las empresas, en cambio, todavía no
han entendido esto. Se limitan a decir a sus empleados "no
utilicéis el portátil excepto para el trabajo". ¿Pero qué sucede
cuando el ordenador es propiedad del usuario? Las empresas están
encantadas con el hecho que un empleado se compre un ordenador
doméstico y lo utilice, mientras está a casa, para trabajar. Para
la empresa este ordenador es gratuito. Ahora bien, como este
ordenador no es de la empresa no le puede decir al trabajador lo
que puede hacer y aquello que no puede hacer.

Hay varias posibles soluciones para esta problemática. No estoy
del todo seguro de cuál es el mejor. Las empresas deben de darse
cuenta que el ordenador los sale gratis. Si comparamos el coste
que supone el empleado y el coste de un ordenador, este último es
despreciable: por eso es por lo que digo que el ordenador sale
gratis. Desde luego, las empresas no están de acuerdo con este
planteamiento.

Desde mi punto de vista, las empresas no tendrían que permitir
nunca la utilización de un ordenador doméstico para realizar
trabajos; si alguien tiene que trabajar desde casa, la empresa
tiene que facilitarle un ordenador que sólo se utilizará para
desarrollar el trabajo y nada más.

Otra consideración: son necesarias más redes privadas virtuales.
También en todos los puntos es necesario instalar cortafuegos. En
los últimos años se han desarrollado lo que podíamos denominar
"cortafuegos distribuidos" en los que la misma política se aplica
en todos y cada uno de los ordenadores. Esto significa que mi
portátil tiene el mismo nivel protección tanto cuando estoy en mi
oficina a los Estados Unidos, aquí en el Palacio de Congresos de
Barcelona o incluso cuando estoy en un café público utilizando un
acceso inalámbrico a Internet. Por ahora sólo estamos empezando a
ver como se aplican protecciones como esta, pero todavía no son,
ni mucho menos, de uso habitual.

Una posible alternativa, que todavía no es técnicamente posible,
seria crear "particiones" en el ordenador, de forma que podamos
crear una sección para las tareas relacionadas con el trabajo,
otra para los productos de uso particular, una más para los
juegos y otra para los niños. Cada una de estas secciones debería
de estar claramente separada, sin que una interfiera con la otra.
Desde luego esto es muy complicado de hacer correctamente, de
forma que bajo ningún concepto una de estas secciones llegue a
interferir con cualquiera otra. Uno de los principales problemas
seria en el momento de compartir información. Imaginamos, por
ejemplo, que deseo tener Microsoft Office para las tareas de
trabajo pero también lo utilizan los hijos para sus tareas
escolares.

Es decir, por ahora no tenemos ninguna solución mágica. Tenemos
que trabajar más en este aspecto.


P:
Muchas empresas consideran que la solución de los problemas de
seguridad se basa a instalar varios "juguetes"... me refiero, a
poner cortafuegos, sistemas de detección de intrusiones, antivirus
en varios puntos. En cambio, a veces se olvidan del factor
humano: la formación en aspectos de seguridad y, en cierta
medida, la aplicación del sentido común...

R:
Un aspecto no es más importante que el otro. El factor humano es
muy importante. Cómo he dicho antes, la gente instala una gran
cantidad de cosas en su ordenador.

No obstante uno de los principales problemas es que prácticamente
todo el mundo está utilizando exactamente el mismo software. No
quiero decir con esto que el software de Microsoft sea malo o que
tenga un número especialmente grande de agujeros, aunque yo
personalmente no utilizo Windows. Ahora bien, el hecho que casi
todo el mundo lo utilice lo convierte en un objetivo atractivo.
Si Microsoft comete un error en uno de sus programas, todo el
mundo lo padece. No importa si utilizas un Apple o un IBM: en
realidad estás utilizando el mismo software. Esto es lo que los
biólogos denominan la monocultura, cuando una enfermedad afecta a
toda una población.

P:
O sea, que no es tanto que los productos de Microsoft tengan
muchos problemas sino que es la gran cantidad de gente que los
utiliza lo que los convierte en víctimas potenciales.

R:
Exactamente. Los biólogos avisan que cuando hay poca variedad el
ataque de un virus puede causar estragos.

P:
Es decir que necesitamos más biodiversidad.

R:
Correcto. Necesitamos en los ordenadores lo mismo que en la vida
real. Si tuviéramos más diversidad, potencialmente habría menos
problemas de seguridad puesto que el efecto de los mismos no
afectaría a todos los usuarios.


P:
Es decir, nos estás diciendo que el problema es Microsoft...

R:
Yo no he dicho exactamente esto.


P:
¿Puedo poner esto como titular?

R: Lo que he dicho es: el problema es la monocultura, el hecho
que prácticamente todo el mundo utilice el mismo sistema. Si
Apple tuviera una mayor cuota de mercado, veríamos muchos más
problemas en los Macintosh.

Creo que Microsoft no hace las cosas todo lo bien que podría
hacerlas. Estoy en desacuerdo con algunas de las decisiones que
han escogido, pero el auténtico problema es el hecho que
prácticamente todos los ordenadores utilizan el mismo sistema.

De hecho, esto llega incluso a afectarnos a aquellos que no
utilizamos los productos de Microsoft. Algunos de los últimos
gusanos han colapsado la red, de forma que todo el mundo sufría
las consecuencias. Personalmente sufrí este problema con Slammer.

El factor humano es importante, pero no el único. Por ejemplo,
utilizamos software que no controlamos. Hay un gran número de
actualizaciones y parches que se publican constantemente hasta el
punto que mucha gente no puede seguir el ritmo de su publicación.

En muchas situaciones no te interesa instalar la última
actualización. En las redes y ordenadores que utilizo nunca
instalo una actualización sin antes probarla.

En AT&T, por ejemplo, cuando se recibe un nuevo equipo para su
red, primero se instala en un entorno de laboratorio durante
varios meses antes de conectarlo a la red corporativa. Esto es
debido a que cada nueva versión "rompe" cosas. Si analizamos la
historia de actualizaciones de cualquiera fabricante, vemos que
la mayoría de las actualizaciones necesitan dos versiones para
funcionar correctamente y sin afectar a otros productos.

En casa, en mi ordenador doméstico, durante las dos últimas
semanas no he instalado ningún programa, hasta que no haya
finalizado mi declaración de la renta. No quiero correr el riesgo
de que el ordenador deje de funcionar justamente ahora.

No obstante, en ocasiones no tenemos elección. Si lees en un
diario que hay un nuevo gusano, como Sasser y tus equipos son
vulnerables entonces debes instalar la actualización.

P:
No deseo centrarme a comentar aspectos de Microsoft, pero
justamente la semana pasada Microsoft acusó a los usuarios que no
había instalado la actualización como los responsables del
alcance que había llegado Sasser. ¿Es correcto esto? ¿Es la forma
correcta de responder ante el alcance de un problema?

R:
En parte sí. Hay tantos parches que mucha gente no está al día,
pero hay gente que ni tan siquiera se preocupa de instalarlos.
Pero incluso en el supuesto de que los instales todos, no estás
protegido. Habitualmente hay una ventana de tiempo entre el
descubrimiento de la vulnerabilidad y cuando se empieza a
explotar y la disponibilidad del parche. En esta clase de
situaciones, sí que interesa instalar los parches lo antes
posible.

Ahora bien, lo que necesitamos en realidad para solucionar este
tipo de problemas es una mayor seguridad. Necesitamos una
seguridad más profunda, disponer de varios niveles de seguridad.
Necesitamos disponer de cortafuegos, sistemas de detección de
intrusos, necesitamos las actualizaciones; necesitamos usuarios
que conozcan lo que sucede; necesitamos arquitectos que diseñen
sistemas que sean más resistentes de forma que si una parte
falla, el sistema en su conjunto continúe funcionando.

P:
¿Necesitamos legislación?

R:
En la mayoría de los países ya hay suficientes leyes contra
actividades delictivas. Tal vez un aspecto interesante que me
gustaría ver incorporado en la legislación es la responsabilidad
de los fabricantes de software.

Es decir, si el fabricante de software es responsable de un
problema de seguridad también debe ser responsable de las
consecuencias del mismo.

Si soy un fabricante de un coche y la gente que lo conduce padece
un accidente por un error al coche, la legislación dice que yo
soy el responsable. En la industria del software, si los clientes
de un banco pierden sus ahorros por culpa de un producto
informático, el fabricante del mismo no tiene ninguna
responsabilidad.

Aplicar este tipo de responsabilidad favorecería la industria y
especialmente mucho al software abierto. Es paradójico que hoy en
día podamos diseñar unos automóviles fiables y, en cambio, no
sepamos escribir software bueno.

De hecho, si dedicamos el tiempo necesario podemos llegar a
desarrollar un software realmente muy bueno. El problema: esto
es muy caro. Además limita la capacidad de desarrollar software
de propósito general, pero ciertamente se puede hacer mejor de
como lo hacemos actualmente.

Recuerdo un estudio dónde se analiza el comportamiento de las
redes telefónicas actuales. En estas redes, los problemas de
software y hardware están prácticamente al mismo nivel. Y los
problemas de usuario también están a este mismo nivel. Esto es un
logro muy remarcable: el hardware utilizado tiene un nivel de
fiabilidad muy elevado puesto que prácticamente todo los
componentes se encuentran duplicados. Y se ha conseguido que el
software esté virtualmente al mismo nivel. Un gran hito... eso
sí, el software es muy caro. Y se de que hablo: ¡trabajo en una
compañía telefónica! Antes de la división de AT&T en varias
compañías, participé en el desarrollo de conmutadores telefónicos,
por lo que se perfectamente lo caro que es su desarrollo.

Las compañías telefónicas entendieron el problema: no importa
tanto cual es el problema, lo importante es identificarlo y
aislarlo para no afecte a todo el sistema. Constantemente se
analiza la consistencia del sistema y en caso de detectar una
línea telefónica problemática, simplemente la desactivan. De
acuerdo, para quien utiliza esa línea no es una buena solución,
pero lo que se consigue es que el sistema en su conjunto (con
millones de líneas) continúe funcionando. Con la línea
problemática aislada se puede analizar con calma que sucede.

Esta es una de las cosas que forman una defensa en profundidad.
Necesitamos esta capacidad de decir: este componente está
fallando, lo aíslo y así el resto del sistema continua
funcionando.

En los productos de software genéricos no vemos esta clase de
defensas. Uno de los motivos es que no hay un incentivo
financiero para conseguirlo. Las empresas de software no ven en
este tipo de desarrollo algo que los haga ganar dinero. Desde
luego que no desean que sus clientes sufran problemas, pero
cuando analizan el tiempo necesario para desarrollar estos
sistemas, deciden que no es rentable. Desde luego esta percepción
cambiaría en el supuesto que los fabricantes de software tuvieran
responsabilidad sobre las incidencias de seguridad.

Continuará...

Más información

Steven Bellovin
http://www.research.att.com/~smb

El gurú de seguridad Steven Bellovin pide leyes que castiguen a los
fabricantes de programas defectuosos
http://ww2.grn.es/merce/2004/bellovin.html

Entrevista a Steven Bellovin
http://www.quands.info/stories/2004/05/26/bellovin.html

Fuente: Hispasec