Sn@ke
19-06-2003, 12:11
Hace varios años, cuando apenas eran estudiantes universitarios, vulneraban las seguridades; rompían candados y sistemas de seguridad que parecían infalibles.
Los tres informáticos, Cleiner Íñiguez, Armin Utreras y Edmundo Cruz, cuentan que practicaron su oficio con ética y en la actualidad recuerdan sus ´hazañas´ sin sonrojarse.
Ellos nunca fueron ´crakers´. Estos son considerados ciberdelincuentes, porque ellos utilizan sus conocimientos con fines poco éticos. El libro ´Todo sobre hackers´ marca las distancias entre craker y hacker. A este último lo describe como a una persona muy interesada en acumular conocimientos; que investiga todo lo que se relaciona con la informática.
Un hacker no es el individuo con gafas y cabello engominado. Ni es un tipo que muestra una calavera en la parte posterior de la camisa. Ni siquiera cuando los tres informáticos se iniciaron en esta práctica, su imagen encajó con este estereotipo. Hoy, seguramente, pocos creerían que alguna vez se dedicaron a vulnerar los sistemas de seguridad.
Armín Utreras, por ejemplo, es ahora representante en Ecuador de la empresa Panda Software, dedicada a comercializar virus informáticos. El campo en el que trabaja está ligado con la seguridad.
Cuando Utreras estudió en EE.UU. logró ingresar a una de las súper computadoras de Universidad Tecnológica de Massachusetts. Sin que nadie se percatara de su presencia, el informático ecuatoriano hacía correr varios programas en ella, porque era más rápida que su computadora. "En ese tiempo no había nada regulado".
Cuando Utreras hallaba una máquina con muchas seguridades, su curiosidad aumentaba. Entonces ponía a prueba toda su capacidad investigativa y verificaba que caminos serían más vulnerables para poder entrar. "Las computadoras con más seguridades eran del Gobierno de EE.UU".
Los tres informáticos, Cleiner Íñiguez, Armin Utreras y Edmundo Cruz, cuentan que practicaron su oficio con ética y en la actualidad recuerdan sus ´hazañas´ sin sonrojarse.
Ellos nunca fueron ´crakers´. Estos son considerados ciberdelincuentes, porque ellos utilizan sus conocimientos con fines poco éticos. El libro ´Todo sobre hackers´ marca las distancias entre craker y hacker. A este último lo describe como a una persona muy interesada en acumular conocimientos; que investiga todo lo que se relaciona con la informática.
Un hacker no es el individuo con gafas y cabello engominado. Ni es un tipo que muestra una calavera en la parte posterior de la camisa. Ni siquiera cuando los tres informáticos se iniciaron en esta práctica, su imagen encajó con este estereotipo. Hoy, seguramente, pocos creerían que alguna vez se dedicaron a vulnerar los sistemas de seguridad.
Armín Utreras, por ejemplo, es ahora representante en Ecuador de la empresa Panda Software, dedicada a comercializar virus informáticos. El campo en el que trabaja está ligado con la seguridad.
Cuando Utreras estudió en EE.UU. logró ingresar a una de las súper computadoras de Universidad Tecnológica de Massachusetts. Sin que nadie se percatara de su presencia, el informático ecuatoriano hacía correr varios programas en ella, porque era más rápida que su computadora. "En ese tiempo no había nada regulado".
Cuando Utreras hallaba una máquina con muchas seguridades, su curiosidad aumentaba. Entonces ponía a prueba toda su capacidad investigativa y verificaba que caminos serían más vulnerables para poder entrar. "Las computadoras con más seguridades eran del Gobierno de EE.UU".