UN DOCUMENTO ESTREMECEDOR:
el 11 de Septiembre de 2001
la verdad fue la primera víctima
L A G R A N M E N T I R A
¿Y SI BIN LADEN NO FUERA CULPABLE
LA CONSPIRACIÓN DEL PETRÓLEO
León Klein
Ficha técnica | La hipótesis alternativa | Sumario de la obra
Entrevista con el autor | Pedidos y forma de pago
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FICHA TÉCNICA: subir
TITULO: LA GRAN MENTIRA
SUBTITULO: ¿Y SI BIN LADEN NO FUERA CULPABLE?
LA CONSPIRACIÓN DEL PETROLEO
AUTOR: León Klein
EDITORIAL: Pyre
MEDIDAS: 14’3 X 21’6
PAGINAS: 240
PRECIO: 15 Euros (formato libro convencional),
7’5 Euros (formato digital)
Pedidos:
[email protected]
Dirección postal: Pyre – Apartado de Correos 9288 – 08080 Barcelona
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LA HIPOTESIS ALTERNATIVA subir
asi cuarenta años después del asesinato del presidente Jhon F. Kennedy, se ha vuelto a repetir la historia de una conspiración nacida en las esferas del poder de los Estados Unidos. Tal es la tesis de este libro. Nos han mentido a todos. Y la mentira ha sido presentada con tal lujo de detalles impactantes que, a primera vista –al igual que el asesinato de Kennedy– resultaba extremadamente convincente. Pero no para todos, especialmente para quienes en el curso de nuestra vida hemos tenido ocasión de familiarizarnos –y soportar en nuestra propia piel– con las técnicas de intoxicación de los servicios de inteligencia.
A partir del 11 de septiembre y durante cuarenta días, el bombardeo de información era tan intenso que resultaba imposible extraer conclusiones, tamizar aquello que podía ser cierto de lo que, desde luego, era falso. Porque, desde las primeras horas que siguieron al atentado, era fácil detectar –para quien quisiera hacerlo– que se estaban filtrando informaciones inverosímiles. Y la primera de todas ellas era que una operación tan compleja como el secuestro de cuatro aviones hubiera podido llevarse a cabo sin que ningún servicio de inteligencia ni de policía, lo detectara.
Por experiencia propia sabemos como actúan los servicios de inteligencia: sirven a los intereses de la política exterior de su país, sin preocuparse de si su actividad es éticamente admisible. La única ética que entienden, como buenos funcionarios que son, es la de cumplir los objetivos que les han asignado, sin preocuparse de las vidas que destruyen física o moralmente. Yo mismo me vi en el centro de una de estas operaciones hace 20 años, así que sé de lo que estoy hablando, créanme. Y puedo decir que he tenido suerte; otros amigos de aquellos tiempos fueron asesinados en el curso de operaciones muy similares.
Lo que ocurrió el 11 de septiembre en EE.UU. no es algo nuevo en la historia de los servicios de inteligencia, ni en la historia de aquel país. Nuestra tesis es que existió una conspiración. Estamos persuadidos de que en los próximos meses, informadores mejor situados que nosotros y con más medios de investigación, irán esclareciendo lo que verdaderamente ocurrió y, quizás en unos años, podamos tener una visión global bastante aproximada sobre el origen de esta conspiración... al igual que hoy podemos intuir, a partir de datos fragmentarios, que la versión oficial contenida en el Informe Warren sobre el asesinato del presidente Kennedy, fue fraudulenta.
Para elaborar la hipótesis de este libro hemos seguido el principio de toda investigación criminal preguntándonos “¿a quién beneficia el crimen?”. Esta pregunta ha tenido una respuesta negativa: “el crimen no beneficia al integrismo islámico que se ha enfrentado a un poder extraordinariamente mayor que él y ha resultado derrotado en Afganistán”. Por el contrario, el crimen beneficia al país que ha aportado las víctimas del atentado: Gracias al 11-S la administración Bush ha ganado tres cosas:
1) ganar influencia en una zona de extraordinarias reservas petrolíferas,
2) afirmar el liderazgo de un presidente que llegó al poder a través de un recuento dudoso y
3)mejorar las posiciones de EE.UU. de cara a enfrentamientos futuros.
La hipótesis de trabajo de este libro, de ser cierta, es, sin duda, monstruosa: Los cerebros criminales que idearon, planificaron y ejecutaron los atentados del 11-S sirven a los intereses del país que aportó el mayor número de víctimas. No la podemos demostrar; sin embargo, creemos haber reunido un número suficiente de datos que permiten dudar de la tesis oficial; pero cuando esta se hunde ¿qué otra se puede asumir?
Oswald era un asesino solitario o, de no serlo, existía una conspiración. No existía una tercera vía. Otro tanto ocurre con los atentados del 11-S. O Mohamed Atta era el coordinador de una operación terrorista islámica de envergadura gigantesca (y veremos que era imposible que lo fuera) o existió una conspiración.
El principal dato que permitirá asumir la monstruosa tesis de la conspiración es el hecho de que es posible detectar tantas informaciones falsas tendentes a reforzar la idea de que Mohamed Atta dirigió el comando que, una vez más, puede aplicarse el dicho de “quien quiere demostrar mucho, no demuestra nada”. Por que si Atta hubiera sido el coordinador de los atentados, una investigación detallada hubiera aportado los datos suficientes como para que su nombre fuera maldito por generaciones de americanos y de hombres y mujeres de buena voluntad de todo el mundo, como asesino de 3500 personas inocentes. No hubiera hecho falta difundir informaciones falsas, crear pistas que sólo llevaban a callejones sin salida o, simplemente, como se hizo, sustituir los datos objetivos por hojarasca ficticia. Quien ideó la operación, dejó muchos cabos sueltos; exageró donde no tenía que haberlo hecho, repitió excesivas veces el mismo esquema, sin duda, pensando que el caos informativo que se iba a generar en los días, semanas y meses posteriores al atentado, iba a maquillar estos agujeros negros de la tesis oficial.
Cuando escribimos estas líneas –febrero de 2001–, apenas han pasado cinco meses desde los atentados. La opinión pública los ha relegado al recuerdo solo a costa de noticias no menos espectaculares: bombardeos masivos sobre Afganistán, masacres en ambos bandos, extensión del conflicto a toda una zona geográfica... Se diría que hoy el atentado a las Torres Gemelas queda lejos. Aun en el caso de que algún día se pudiera demostrar la tesis de la conspiración, lo que la historia jamás podrá hacer es dar marcha atrás. Las tropas angloamericanas están en una zona geopolíticamente sensible y no se van a ir de allí. Las medidas de control de Internet pesarán sobre la libertad de expresión en la red por siempre jamás; y si alguien osa pedir su derogación, se le contestará que contra el terrorismo “hay que tener siempre la guardia alta”. No, definitivamente, nada volverá a ser como antes del 11 de septiembre de 2001. Nunca.
Pero, a pesar de que el tren de la Historia no dé marcha atrás, la verdad merece conocerse. Creemos que aunque la hipótesis que presenta este libro sea errónea –hay que distinguir entre el error y la falsedad; el error es involuntario, la falsedad no– habremos intentado estimular la capacidad crítica de nuestra época, algo que ha estado ausente de la mayoría de medios en los últimos meses. La verdad es algo que vale la pena conocer, sea cual sea. Y la verdad lo es, en tanto que es incuestionable, nunca como dogma impuesto.
También hemos detectado una sensación de miedo. En los medios en los que nosotros mismos hemos colaborado en estos últimos meses, no hemos publicado apenas nada sobre el 11-S. ¿Cómo hacerlo? Bush lo dijo con una claridad meridiana: “Quien no está con nosotros, está con el terrorismo”. ¿Cómo estar del mismo lado que los asesinos? Esa pequeña frase encierra una alta sabiduría de lo que es la “guerra psicológica”. Pero también en ella reside la extrema debilidad del poder americano actual.
Casi todos los países del mundo están en la “coalición contra el terrorismo”, por convencimiento –caso de Inglaterra–, por interés –caso de España o de China, ya veremos el por qué– o... por miedo. Miedo a ser tratado como adversario y masacrado (como ocurrió –y ocurre– en Iraq, Yugoslavia o Afganistán). Miedo a ser perseguido o asesinado por servicios que no tienen el más mínimo escrúpulo en eliminar a sus propios ciudadanos inocentes. Miedo a nadar contra la corriente. Miedo a la soledad, al ridículo, al ostracismo... en el fondo, es humano tener miedo.
¿Sabéis lo que es el miedo? Yo si. Es una sensación espantosa. Perdemos el control de nosotros mismos y al mismo tiempo experimentamos sequedad en la boca, una mezcla de tensión y debilidad en todos los músculos, los testículos se nos retraen, sudamos, la respiración y el ritmo cardíaco se nos alteran. Nuestro cerebro es incapaz de coordinar ideas o soluciones. Puede que nos tiemblen las piernas. Eso es el miedo. ¿Os imagináis el miedo que debieron sentir aquellas gentes que quedaron aisladas en las Torres Gemelas, sin poder escapar a las llamas o al derrumbe? Allí no había salida posible, salvo rezar para los creyentes. Sea cual sea el miedo que genere el intento de buscar la verdad, será menor que el que pasaron aquellos desgraciados. Por lo demás, nosotros no estamos en su situación: podemos hacer algo más que rezar.
¿Y si nuestra hipótesis es falsa? Cuando se marcha contra la corriente general, siempre es necesario evitar perder la perspectiva. Es posible que la hipótesis de una conspiración sea falsa o simplemente una media verdad. Errar un humano y nosotros deberemos reconocer –y lo haremos sin dificultad– que nos hemos equivocado. A la vista de los datos que se disponen hoy en día consideramos que la posibilidad de error está por debajo del 25%, pero aun así existe. Por otra parte, lo que nos interesa no es tanto hacer triunfar nuestra hipótesis, sino demostrar la falsedad de la tesis oficial. Un error por nuestra parte implicaría solo una mala articulación o interpretación de los datos; algo que apenas afectaría al que suscribe estas líneas. Nuestro tiempo puede permitirse este tipo de errores; lo que no puede permitirse es la mentira puesta al servicio de una basta conspiración gubernamental.
En uno de los momentos cumbres de la literatura medieval, en el ciclo del Grial, Arturo pregunta a Merlín cuál es el valor más alto que puede asumir un caballero, éste le responde: “la Verdad; la Verdad siempre”. Creemos que este episodio muestra algo más que uno de los momentos inspirados de la literatura. Marca un camino a seguir. Estamos en un momento histórico en el que todo induce a pensar que el respeto a la Verdad se ha perdido como nunca antes había ocurrido. Cada día, cientos de periodistas de todo el mundo asisten a ruedas de prensa y reproducen frases e ideas en las que no sólo no creen, sino que saben positivamente que son falsas. Lo hacen por necesidad de supervivencia. En el fondo todos precisamos un medio de vida. Pero es que, en aras de lo políticamente correcto, se está sacrificando, día a día, la Verdad. El pensamiento único es la estética de nuestro tiempo. Pero habrá un día, acaso cercano –amaríamos que así fuera– en el que sólo será considerado como estéticamente perfecto, aquello que sea éticamente aceptable. Para llegar a ello, oponerse al pensamiento único y a lo políticamente correcto, es un deber. La tesis oficial sobre los atentados del 11 de septiembre ha podido imponerse en tanto que llevamos más de 10 años en los que el tránsito hacia el Nuevo Orden Mundial –entendido como algo más que una reordenación de los intercambios económicos y la hegemonía mundiales– se produce a golpes de pensamiento único y con el cliché de lo políticamente correcto. Estas páginas pretenden romper esta lógica, tomando como excusa el episodio traumático de los atentados del 11 de septiembre.
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SUMARIO subir
INTRODUCCION
PRIMERA PARTE: EL CONTEXTO
I. LA HIPOTESIS DE ESTE LIBRO
II. ¿QUÉ OCURRIÓ AQUEL 11 DE SEPTIEMBRE?
1. ¿Por qué fue un golpe de Estado?
2. ¿Por qué fue una conspiración?
3. ¿Por qué fue una operación de guerra psicológica?
4. ¿Cómo se construyó un culpable?
III. EL MÓVIL DE LOS ATENTADOS
1. Las nuevas orientaciones en política exterior
2. La lucha por el control de las fuentes de energía
3. ¿Por qué Afganistán?
4. Asia central en la encrucijada
5. EE.UU. y Afganistán
IV. EL MODELO HISTORICO
1. Un caso de provocación de la CIA
2. El extraño caso de "El Alamo"
3. El extraño caso de la voladura del Maine
4. El extraño caso del hundimiento del Lusitania
5. El extraño caso del ataque a Pearl Harbour
6. El extraño caso del «Incidente de Tonkín»
7. El extraño caso del primer atentado contra el WTC
8. Conclusiones
SEGUNDA PARTE: LA GRAN MENTIRA
I. LOS HECHOS DEL 11 DE SEPTIEMBRE
1. América is under attack
2. Extraños movimientos previos
3. El misterio del Vuelo 93
4. La trama financiera
5. El misterio del ántrax
II. MOHAMED ATTA, COORDINADOR
1. La increíble entrada de Atta en EE.UU.
2. Los documentos imposibles
3. La «pista española» de Mohamed Atta
4. La «pista iraquí» pasa por Praga
5. La academia de vuelo
6. La reacción de las familias
7. La «pista alemana»
8. El extraño vídeo falso de Bin Laden
III. BIN LADEN: ¿HÉROE O BANDIDO?
1. Los primeros años: uno entre muchos
2. Los años de formación
3. Tiempos de guerra: Afganistán
4. Con Washington a la espalda
3. Los talibán
4. Bin Laden y CIA
5. Bin Laden y Bush
6. Hacia una comprensión del personaje
Documento I: Declaración de Bin Laden tras el 11-S
Documento II: Entrevista a Osama Bin Laden
IV. ¿BIN LADEN EN ESPAÑA?
1. El extraño caso del terrorista indigente
2. Los salafistas y Al Qaeda
3. El extraño caso de la «Operación Dátil»
4. El extraño caso del accidente aéreo
5. La extraña prolongación de la «Operación Dátil»
6. La «Llamada de Jesucristo» como paradigma
7. Conclusiones: mito y realidad
FINAL: HIPOTESIS PARA UNA CONSPIRACION
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ENTREVISTA CON LEON KLEIN
TESIS OFICIAL DEL 11-S = TESIS IMPOSIBLE subir
¿CUÁL ES LA TESIS OFICIAL DEL 11-S?
La tesis oficial sostiene que se trató de un atentado islámico cuyo autor fue Bin Laden, organizado desde su base de Afganistán.
¿POR QUÉ ESA TESIS ES IMPOSIBLE?
Por que no se apoya sobre pruebas fehacientes que pudiera aceptar algún tribunal ordinario y por que, lejos de beneficiar a los presuntos autores, les perjudicó.
¿CUÁL ES LA HIPÓTESIS ALTERNATIVA?
Los atentados del 11-S fueron organizados desde esferas de poder del interior de los EE.UU. para justificar fundamentalmente la intervención en Afganistán.
¿POR QUÉ ESA HIPÓTESIS ES VEROSÍMIL?
Por que se apoya sobre hechos precisos, a saber: el desarrollo posterior de los acontecimientos que refuerzan la presencia americana en una zona de interés estratégico a causa de albergar a las segundas reservas mundiales de petróleo y por qué el atentado solo ha beneficiado a los intereses de los EE.UU.
¿CUÁL FUE EL MÓVIL DEL ATENTADO?
El control sobre Afganistán para facilitar el paso del oleoducto que llevará petróleo del Caspio al Indico y que aproximará las fuerzas de intervención americanas a la cuenca petrolífera del Caspio.
¿EXISTE UN MODELO HISTÓRICO DE ESTA OPERACIÓN?
Existen siete modelos históricos previos en la historia de los EE.UU., es decir, episodios “providenciales” que fueron considerados “casus belli” y permitieron vencer las resistencias de la opinión pública americana a entrar en conflictos exteriores: El Alamo, la voladura del Maine, el hundimiento del Lusitania, Pearl Harbour, el incidente de Tonkin y el primer atentado al World Trade Center.
¿ESTA IMPLICADA LA PRESIDENCIA DE LOS EE.UU. EN LA OPERACIÓN?
En la mañana del 11-S Bush no fue puesto a salvo, sino que dio la noticia del atentado en un colegio cerca de un aeropuerto. El Servicio Secreto, al menos, sabía que nadie iba a atentar contra él, a pesar de que un avión comercial volaba hacia la Casa Blanca. Por lo demás, la imagen de Bush salió reforzada del incidente. Así mismo, la presencia del lobby petrolero en la administración Bush es muy fuerte.
¿ES CIERTO QUE SE ESPECULÓ PREVIAMENTE EN BOLSA CON LAS COMPAÑÍAS QUE SE VERÍAN AFECTADAS POR LOS ATENTADOS?
Es cierto. Pero no fue Bin Laden quien especuló, sino que la operación se realizó mediante una agencia de valores vinculada a altos cargos de la CIA.
¿CUÁL ES EL PAPEL DE BIN LADEN EN LA OPERACIÓN?
En los últimos siete años, el nombre de Bin Laden se ha relacionado con atentados antiamericanos. El interés de los EE.UU. en perseguirlo deriva de su oposición al régimen saudí, principal aliado de EE.UU. en la zona. Bin Laden ha atribuido cualquier atentado antiamericano a sus plegarias. Se trata de un fundamentalista musulmán, que odia a los americanos por ser infieles que pisan la tierra más sagrada del Islam: Arabia Saudí.
¿Y AL QAEDA?
Se trata de una organización integrista islámica internacional que ha reclutado voluntarios para las guerras de Afganistán, Bosnia y Chechenia. Nunca ha reivindicado ningún atentado, aunque es posible que algunos de sus miembros se hayan vinculado a este tipo de operaciones antiamericanas.
¿ES POSIBLE QUE MOHAMED ATTA FUERA EL COORDINADOR DE LOS ATENTADOS?
Completamente imposible y, desde luego, jamás él o sus compañeros pudieron pilotar los aviones. Su perfil no es el de un terrorista, ni siquiera de un integrista islámico. Tampoco se comportó como un terrorista entrenado capaz de burlar a los servicios aduaneros y de inteligencia de medio mundo. Por el contrario, su comportamiento era normal. Es posible que alguien utilizara en algún momento su nombre o su pasaporte. El hallazgo “providencial” del pasaporte de Atta en los alrededores del WTC y el hecho de que su maleta quedara en tierra por otro error “providencial” dejan entrever que fue elegido como chivo expiatorio.
¿Y EL RESTO DE LOS PRESUNTOS TERRORISTAS SUICIDAS?
Varios viven todavía y gozan de buena salud. Han podido demostrar que no estaban en los aviones y que no tienen relaciones con grupos integristas. Fueron vinculados a la operación a partir de pasaportes robados y reutilizados en el embarque de los aviones. Ninguno se comportó como lo haría cualquier terrorista. Por lo demás apenas se sabe nada de la mayoría de ellos.
¿CÓMO PUDIERON OCURRIR LOS ATENTADOS?
En el interior de los aviones viajaban alguno de los personajes cuyos nombres se han relacionado con los atentados (Atta, Merwan, etc.); debieron ser atraídos al viaje mediante alguna trampa. Eran completamente inofensivos y serían los chivos expiatorios. En el interior existió otro comando –probablemente captado en las márgenes del terrorismo islámico– que ascendió al avión con intención de secuestrar el vuelo, quizás para pedir la liberación de presos palestinos. Ese segundo comando realizó el secuestro, probablemente subieron al avión con pasaporte americano. Dado que la investigación se decantaría sobre los Atta y sus compañeros, nadie se preocuparía de averiguar los pasos de estos secuestradores reales.
¿CÓMO SE ESTRELLARON LOS AVIONES CONTRA SUS OBJETIVOS?
Mediante sistemas de control remoto que inhibieron los mandos del avión a los pilotos en los últimos minutos del vuelo y cortaron las comunicaciones con tierra. Equipos de este tipo se ensayaron desde los años 70 para evitar que los secuestradores aéreos derivaran los aviones hacia Cuba o Argelia.
ENTONCES ¿QUÉ FUE EL 11-S?
En primer lugar un gigantesco crimen de Estado que fue utilizado como “casus belli”. Fue un golpe de Estado en el que el lobby petrolero mejoró extraordinariamente sus posiciones. Fue una operación de guerra psicológica diseñada para estimular el deseo de venganza del pueblo americano y que aprobara la intervención bélica. Fue aprovechado, finalmente, para reforzar el estado de excepción permanente, justificar la represión contra las libertades democráticas y aumentar el control sobre Internet.
¿QUÉ TIENE QUE VER TODO ESTO CON LO QUE VIMOS POR TV EL 11-S?
Lo que vimos no tuvo nada que ver con lo que en realidad sucedió. Vimos un atentado terrorista convertido en espectáculo, pero lo que sucedió en realidad, fue un golpe de Estado, cuyas víctimas fueron norteamericanas, pero cuyas repercusiones alcanzarán a todo el mundo.