PDA

Ver la versión completa : No volvería a atacar el IRC-Hispano



morza2
18-02-2006, 00:25
La sentencia contra Santi Garrido es la más dura dictada hasta ahora
por delitos informáticos

Su madre, en A Coruña, dice que "el chico está muy bien" y eso
parece cuando Santi Garrido, alias "Ronnie" y diez apodos más,
accede a hablar con "Ciberpaís". Para este "cracker", experto
programador de 28 años, condenado a dos de prisión y a pagar casi
1,4 millones de euros, por bombardear la red de chats IRC-Hispano,
la pesadilla ha terminado: "No volvería a hacerlo, no merece la
pena, ya se han ahorrado bastante en publicidad a mi costa".


Santi ha vivido en primera persona la nefasta combinación de la ira
vengativa con el impresionante poder que da el conocimiento
informático. Según la sentencia dictada la semana pasada en Lleida,
la Nochebuena de 2002 los operadores de la red de chats IRC-Hispano
expulsaron al joven por conectarse a ella "a través de un ordenador
V-host, que tenía como fin dificultar su identificación", una
conducta ilícita en IRC-Hispano.

La versión del joven es diferente: "Los administradores de la red
estaban avasallando a gente. Protesté y dijeron que me echaban
porque usaba un V-host. Actué en caliente, pero no falté el respeto
a nadie, ni nadie tuvo queja sobre mi en los canales que
frecuentaba. Acostumbraba a estar en otras redes de chat y, al
conectarme a esta y ver estas cosas, era como aterrizar en el pueblo
de la película "Los chicos del maíz".

"Ronnie" se vengó de la expulsión bombardeando con paquetes de bits
la red de chats, en lo que se llama un ataque de Denegación de
Servicio. Hasta aquí, era uno más de los bombardeos que suele
recibir el IRC-Hispano por parte de usuarios enfadados con sus
polémicos operadores. Pero, el día de Navidad, el "cracker" les
envió un mensaje de correo, haciéndose responsable del ataque y
amenazando con volver.

"La amenaza fue echarles todo abajo, como efectivamente ocurrió. Me
irritó que me echaran por una nimiedad", explica el joven. Según la
sentencia, "los ataques se fueron sucediendo de forma continuada y
periódica hasta mayo de 2003". Santi se dedicó a infectar, con un
gusano llamado "Deloder", miles de ordenadores en Europa y Asia que
convertía en "zombies" a sus órdenes, lanzados como un ejército
contra el IRC-Hispano. A medida que crecía el número de "zombies",
el bombardeo se transformaba en una temible Denegación Distribuida
de Servicio (el ataque no viene de un frente, fácil de atajar, sinó
de múltiples).

Entre abril y mayo, arremetió también contra los proveedores que dan
soporte a la red de chats, como Wanadoo, Ono y LleidaNet, que lo
denunciaron. Sisco Sapena, presidente de IRC-Hispano, explica:
"Fueron nueve meses, a veces cuatro y cinco ataques diarios.
Recuerdo el primero, en Navidad, estuve 24 horas encerrado en una
habitación para atajarlo. No era la primera vez que nos atacaban,
pero nunca había sido tan sistemático. Llegó a peligrar mi empresa,
LleidaNet". Bajo un bombardeo, se colapsan las máquinas y todo deja
de funcionar: el correo, la web, etc.

La Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil detuvo a Santi
Garrido en julio de 2003, pocos días antes de su cumpleaños. Vivía
con sus padres, una familia humilde de A Coruña. Se le acusaba del
mayor ataque de Denegación Distribuida de Servicio ocurrido en
España. El IRC-Hispano, que colaboró activamente en su
identificación, junto con Panda Sofware, pedía siete años de cárcel.

La semana pasada y después de un acuerdo entre acusación y defensa,
un juez de Lleida dictaba una sentencia ejemplar: dos años de
prisión, que no cumplirá por no tener antecedentes, multa de 3.240
euros e indemnización de 1.384.459, a repartir entre Wanadoo,
LleidaNet, Ono y la Asociación IRC-Hispano. Una condena exagerada,
comentan los foros de Internet y sugiere el propio Santi: "No dañé
ningún sistema ni programa informático de las entidades acusadoras,
únicamente se produjo una saturación de servicio, como cuando se
colapsa una centralita telefónica por llamar demasiadas personas"

El joven aceptó el acuerdo porqué, explica: "No me veía aguantando
un juicio de días. La parte contraria, compañías poderosas, tenía
cinco abogados y yo uno de oficio, sin recursos económicos, mis
padres podían costearme un viaje a Lleida pero no varios, menos los
honorarios de buenos abogados y péritos para conseguir una sentencia
absolutoria. Y, si me hubieran absuelto, ellos habrían recurrido y
todo seguiría, nuevo juicio, etc. Quiero pasar página y reanudar mi
vida". Sobre cómo pagará las indemnizaciones, asegura: "Me gustaría,
pero no dispongo de un euro de mi propiedad".

Sisco Sapena explica: "Estoy contento por la sentencia, sienta un
precedente y permite que no quede impune, porque este tipo de
ataques se están multiplicando". Para Santi Garrido, no hay tal
precedente: "Es una sentencia basada en un reconocimiento de los
hechos y, por tanto, sin celebración de juicio previo donde se hayan
probado los hechos y perjuicios". Además, critica: "De todos es
conocido el gran negocio en Internet con la pornografía infantil y
pocas son las sentencias "ejemplares" a las que se da la difusión
que se ha dado a la mía".

En todo caso, esta sentencia muestra una tendencia a endurecer las
penas por delitos informáticos. Es la primera por un ataque de
Denegación de Servicio en España, aunque no se pronuncia sobre su
causa: la galopante conversión de ordenadores en "zombies" mediante
virus. Es también la más cuantiosa en este tipo de delitos y la
segunda en que se decreta cárcel. La primera fue para el informático
catalán J.H.R., condenado a tres años en 2002 por copiar la base de
datos de su empresa, que no ha cumplido la pena por estar fuera del
país.

Copyright 2006 Mercè Molist.
Verbatim copying, translation and distribution of this entire
article is permitted in any digital medium, provided this notice is
preserved